Los cambios hormonales que se producen en la quinta década, se reflejan de manera evidente sobre nuestra piel. No se trata de poner freno al reloj biológico, pero sí de saber darle los tratamientos adecuados a su necesidad.
Durante la menopausia se producen cambios a nivel cutáneo, estos, están producidos por el paso del tiempo y la influencia hormonal de ciertas sustancias que tienen una relación directa con nuestra piel.
Estas hormonas, actúan sobre diferentes estructuras y con el cese de las funciones cíclicas de dichas, se produce una aceleración evidente, y medible, del envejecimiento natural de la piel.
Para paliar esas pérdidas, disponemos de cosmética especializada en pieles maduras. Para reforzar la nutrición cutánea, aumentar las reservas de agua, estimular la regeneración de las capas profundas de la epidermis, incrementar la actividad celular, reafirmar la piel…en definitiva, nutrirla, alisar el microrelieve y recuperar su luminosidad.