El foto-envejecimiento es el resultado de la suma de los factores endógenos que están directamente ligados a la edad y los factores exógenos de origen medioambiental. En este último caso hay que decir que los rayos solares tienen un papel predominante y vamos a ver cómo afectan a la piel.
Las radiaciones UVA representan el 95% y penetran en las capas más profundas de la piel. Son las principales responsables del envejecimiento y, producen una degradación de las fibras de colágeno y elastina. Estas radiaciones UVA son causantes de la producción de radicales libres, por lo tanto, dañan el ADN.
Radiaciones UVB, penetran en las capas cutáneas superiores donde las absorbe la melanina, produciendo el deseado bronceado, pero también los radicales libres responsables de las quemaduras, inflamaciones y manchas en la piel.
Y, por último, los infrarrojos, que hasta final de los años 90 eran desconocidos. Hoy sabemos que provoca más daño en el ADN que los propios UVA y UVB.
Es esencial que preparemos la piel para que la exposición al sol deje las menos huellas posibles, tenemos que mejorar sus defensas antes de que empiece a recibir los primeros rayos solares y durante la exposición. También una buena alimentación es aconsejable para que mantenga la hidratación y, por supuesto, fundamental, aplicar el filtro solar adecuado a nuestra piel dependiendo de nuestra tipología, de nuestro fototipo.
Ángela Jiménez Vega
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